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Formación continua

La formación continua en el lugar de trabajo debe permitir adquirir, desarrollar y mejorar las competencias profesionales.

Adquirir una competencia profesional es desarrollar la capacidad de movilizar una serie de aprendizajes para encontrar las respuestas adecuadas a las diferentes situaciones y contextos que se plantean a lo largo de la vida laboral.

Para adquirir una competencia es necesario:

  • Aprender los conocimientos, habilidades y actitudes asociadas a la competencia.
  • Movilizar e integrar los diferentes tipos de contenidos a partir de situaciones-problema extraídos de la práctica profesional.

La movilización de los aprendizajes (conocimientos, habilidades y actitudes) debe hacerse de forma rápida, pertinente, simultánea e interrelacionada.

Movilización de los aprendizajes

Claves para la formación en competencias profesionales

En el momento de diseñar y programar una acción formativa basada en el aprendizaje competencial hay que:

  1. Identificar las distintas situaciones en las que se puede practicar dentro de la acción formativa.
  2. Contextualizar las actividades de aprendizaje en situaciones similares a las de la práctica profesional. Abarca desde la identificación de los problemas en situaciones diversas hasta el análisis y la toma de decisiones.
  3. Escoger las metodologías más adecuadas según el aprendizaje de los distintos tipos de contenidos (conocimientos, habilidades, actitudes).
  4. Plantear situaciones en las que los participantes deban poner en juego los distintos tipos de contenidos de forma integrada (simulaciones, análisis de casos, resolución de problemas…).

Evaluar el logro de la competencia

Para evaluar el grado de logro de una competencia hay que tener en cuenta:

  • El aprendizaje de los contenidos necesarios para la adquisición de la competencia, es decir: conocimientos, habilidades y/o actitudes.
  • La capacidad de utilizar estrategias adecuadas en situaciones parecidas a esas en las que se necesitará ser competente.
  • El proceso en el que la persona participante pueda demostrar cómo integra los aprendizajes (movilización) para resolver correctamente la situación-problema. Se trata de ver en qué grado el participante es capaz de integrar, sintetizar y aplicar de forma pertinente los contenidos necesarios para enfrentarse a la situación.