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Fase inicial de la secuencia formativa

En esta fase se inicia la relación entre el formador/a y las personas participantes. Los objetivos principales son:

  • Poner a los participantes en situación.
  • Realizar una evaluación inicial para detectar las expectativas, los conocimientos previos y/o los contextos de los participantes.
  • La presentación de la acción formativa
  • La evaluación inicial

La presentación debe generar un clima propicio y, por tanto, se necesita incorporar actividades que permitan romper el hielo, motivar al grupo y situar a las personas participantes.

Hay que recoger información que permita, tanto al docente como a los participantes, hacer un diagnóstico aproximado sobre las necesidades de formación del grupo (conocimientos previos, expectativas de los alumnos, aspectos de mejora en la práctica profesional...).

  • Recomendaciones generales

    Los hitos del docente son:

    • Comunicar para qué sirve la formación y explicar las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que se pretende trabajar.
    • Motivar al grupo y crear un clima propicio para el aprendizaje.
    • Ajustar la programación prevista en función de las necesidades reales del grupo, detectadas en la evaluación inicial.
    • Prever las actividades que, durante la acción formativa, tendrán que permitir detectar los aspectos donde se deba incidir más.

    Los hitos de los participantes son:

    • Representarse claramente qué se pretende conseguir con la acción formativa.
    • Comprender la relación entre el aprendizaje propuesto y las tareas a desarrollar en el lugar de trabajo.
    • Identificar los conocimientos previos y relacionarlos con los nuevos.
    • Sentirse motivados para implicarse en la formación.
  • Formación en contenidos

    • Comunicar si se realizarán actividades individuales fuera de las sesiones presenciales para aprender determinados hechos o conceptos que requieren memorización, estudio y comprensión.
    • La evaluación inicial debe permitir:
      • Al profesorado: saber cuál es el nivel del grupo sobre los conocimientos nucleares.
      • A los participantes: ser conscientes de sus conocimientos previos.
    • Una herramienta de evaluación inicial es el test de conocimientos previos. Si se quiere comprobar el aprendizaje adquirido, se puede volver a hacer al final de la formación.
  • Formación en habilidades

    • Se pueden facilitar algunos modelos para ayudar a los participantes a situarse respecto a las habilidades que se trabajarán.
    • Debe especificarse el proceso de ejercitación (práctica) que deberá realizar el asistente para desarrollar la habilidad.
    • La evaluación inicial debe servir:
      • A los participantes, para darse cuenta de lo que ya saben hacer y en qué grado. A partir de esta percepción, se les tiene que ayudar a generar expectativas positivas sobre las posibilidades de mejora.
      • Al formador, para orientar a los participantes sobre qué están haciendo bien o en qué necesitan mejorar y/o incorporar.
  • Formación en actitudes

    • Se pueden proporcionar modelos donde aparezcan las actitudes objeto de trabajo.
    • Es recomendable que los participantes identifiquen cuáles creen que son o serían sus actitudes ante situaciones reales.
    • La evaluación inicial:
      • Se puede plantear a partir de casos prácticos y poner en común con los compañeros cómo actuarían. Se pueden retomar durante la acción formativa.
      • Cada persona debe tomar conciencia de sus actitudes y creencias y de la diversidad de respuestas ante la misma situación.